En estos días en que los diarios nos golpean con recurrentes noticias de los fracasos de negociaciones sobre conflictos públicos que tienen como protagonistas al Estado Nacional y a diversos grupos de interés – el conflicto agropecuario, la instalación de las plantas productoras de pastas celulósicas en la margen oriental del Río Uruguay, entre otros – será de utilidad recordar una experiencia de hace unos pocos años que cobra renovada vigencia.
Formando parte del plantel de la Fundación Cambio Democrático (FCD)
en conjunto con la Asociación Misionera de Mediación (AMM) me tocó actuar en el
equipo de diseño y facilitación de un proceso de planificación colaborativa
destinado a poner fin a un conflicto medioambiental que puso en jaque al
Ministerio pertinente de la Provincia de Misiones.
En esa oportunidad la confianza que el Poder ejecutivo Provincial depositó en la
metodología que le ofrecimos, permitió el desarrollo de una negociación
multiparte facilitada que finalizó en un histórico acuerdo marcando
un hito en la Resolución Alternativa de Disputas en nuestro país.
Quisiera compartir con Uds. este resumen que elaboró Eliana Spadoni,
colega y amiga de la Fundación Cambio Democrático, que describe con
sencillez y precisión aquella inolvidable experiencia.
Oscar Rodríguez
Robledo
La aplicación de un decreto ordenando la tala de 249 ejemplares de
Araucarias protegidas, desencadenó un conflicto en la localidad de San Pedro
(Misiones) entre autoridades, organizaciones ecologistas y vecinos
afectados.
Pobladores sin tierra ni trabajo se asentaron en
los alrededores del pueblo de San Pedro, comunidad de la selva
misionera, limítrofe a Brasil construyendo sus casas bajo araucarias,
especies declaradas monumento natural e histórico. En consecuencia, al
ser modificado su hábitat, algunos árboles se enfermaron y cayeron sobre
las casas. En respuesta, el Gobierno local emitió un decreto por el cual
serían apeadas 249 araucarias nativas, bajo el argumento de que hacían
peligrar la vida y los bienes de los pobladores. La medida genero la
reacción y confrontación entre diversos actores sociales: la Red de
organizaciones ecologistas, autoridades locales, y pobladores
afectados.
Originalmente, las araucarias estaban distribuidas en 210.000 has.
Actualmente, y debido a políticas forestales descontroladas, subsisten
manchones aislados que suman 800 has. Esta situación llevó a que en el
año 1986 la Ley 2380 declarara los ejemplares Monumento Natural
Provincial prohibiendo su tala y la comercialización de su madera.
Excepcionalmente, la ley permite el apeo en los casos en que las
araucarias signifiquen un peligro para la seguridad de las personas o
sus propiedades. Sin embargo, numerosas disposiciones posteriores
-reformes de ley, decretos del Gobernador y resoluciones de la
Intendencia- generaron confusión en la interpretación de los alcances de
esta excepción.
El pueblo de San Pedro está situado al este de la Provincia a pocos km.
del límite con Brasil, en la zona donde aún se erigen estas especies. En
los últimos años ha ido creciendo el número de inmigrantes brasileros
que sin tierra ni trabajo se asientan en los alrededores del pueblo
construyendo sus casas bajo las araucarias.
En consecuencia, al ser modificado su hábitat, algunos árboles se
enfermaron y cayeron sobre las casas. Esto generó que algunos vecinos,
aduciendo riesgo a sus vidas y propiedades, reclamaran que algunos
ejemplares fueran apeados. El Gobernador de la Provincia autorizó
entonces, a través del decreto Nº 402/99, el apeo de 249 araucarias que
hacían peligrar la integridad física de las personas e inmuebles.
Frente a esta medida, las voces de las Red de Asociaciones Ecologistas
(RAE) de la Provincia se hicieron oír, denunciando en los medios que la
medida adoptada era ilegal y reclamando su suspensión y una urgente
planificación urbana del pueblo. Sostenían que una de las principales
causas del conflicto fue la anuencia de las autoridades municipales y
provinciales, al permitir asentamientos de personas en tierras donde
habitan estos árboles, por lo que promovían la inmediata iniciación de
acciones contra los responsables. Asimismo, advertían también sobre la
posible existencia de negocios secretos sobre el valor de la madera de
los árboles a ser apeados y sobre apetencias electorales y "compra
de votos" de personas sin tierra.
Frente a este conflicto, el Ministro de Ecología de la Provincia,
decidió no implementar el Decreto 402/99 - suscripto por él mismo-, y
aceptar la propuesta presentada por la FCD y la AMM, para llevar
adelante un procedimiento de Mediación.
Los mediadores trabajaron arduamente durante 4 meses para garantizar una
representación genuina de todos los sectores involucrados. Efectuaron
entrevistas individuales y grupales, diseñaron la convocatoria al
procedimiento, facilitaron el desarrollo de reuniones públicas y
condujeron rondas de negociaciones entre todos los participantes. Como
resultado de este trabajo, los participantes lograron llegar a un
acuerdo que, entre otras medidas, resuelve que:
a) Se apearán ejemplares muertos y enfermos irrecuperables que por su
ubicación en el área urbana hagan peligrar la integridad física de las
personas o sus bienes, comprometiéndose los vecinos a plantar cinco
plantines nuevos por cada araucaria apeada.
b) Se adoptarán medidas para la conservación de araucarias sanas y
enfermas recuperables.
c) La Provincia donará la madera producto del apeo para ser utilizada en
obras de bien público en la ciudad de San Pedro.
d) Una Comisión con representantes de todos los sectores participantes,
llevará adelante un proyecto de Planificación Urbana.
El acuerdo incluye entre sus cláusulas algunas declaraciones que hacen
al cambio producido por los participantes en el desarrollo del
procedimiento, marcando un hito en la historia del pueblo y fue
formalizado mediante Decreto Provincial Nro 2198/99.